Cada 20 de mayo se celebra el Día Mundial de las Abejas, una fecha pensada para concientizar sobre la importancia para la biodiversidad de este ser vivo que cada vez está más amenazado. Como en todo el planeta, en Corrientes son el corazón de la industria apícola, que permite la elaboración de miel de primera calidad. Y, sin embargo, una multiplicidad de factores afecta a este sector que redujo, en una década casi el 50 por ciento de su producción.
«En los últimos diez años hubo un declive de apicultores que dejaron la actividad. Se redujo el número de colmenas activas en la provincia caída casi a la mitad», dijo a EL LIBERTADOR Jorge Ortovski, técnico del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) en la Agencia de Extensión Rural Saladas, dependiente de la Estación Experimental Bella Vista; referente, junto Pablo Vallejos, del sector apícola por el Centro Regional Corrientes, en el Proyecto Nacional Apícola; y uno de los miembros de la Cámara Correntina de Apicultores.
Según explicó, hay que analizar varios aspectos al tratar de entender este fenómeno. El primero tiene que ver con los bajos precios a nivel internacional, «por la competencia desleal de la miel china que es prácticamente artificial, hecha a base de jarabe de arroz y mucho más barata». «Otro factor es el cambio climático, primero con las grandes inundaciones que tuvimos y luego con la sequía que sigue desde el año pasado y que afecta a las abejas porque, como todo animalito, necesitan agua para vivir», agregó.
Luego, el técnico describió el problema sanitario de un ácaro que afecta a las abejas. «La varroa es un parásito que les produce un gran daño cuando no hay un control específico», dijo.
También están los pesticidas. «Hay una nueva fórmula que se hace a base de neonicotinoides. El problema con este producto es que produce un acostumbramiento de la abeja a buscar las flores en los que está este pesticida. Se vuelve adicta, por el nicotinoide, y esto afecta su orientación, se desorientan y mueren en el campo. O, cuando logran volver a la colmena, contaminan a las que van naciendo», advirtió Ortovski, quien también mencionó: «Tampoco hay que olvidar que cada vez hay menos montes nativos. Esto ha ido empujando a las abejas a buscar nuevos lugares y cada vez hay menos espacio para la apicultura».
PROBLEMA EN LAS COLMENAS
Todos esos factores derivaron en un fenómeno mayor que genera preocupación en todo el mundo: el síndrome de despoblamiento de colmenas. «Es una cuestión que comenzó a notarse cada vez más en la última década y genera muchos debates sobre cuáles son las causas», agregó el especialista.
Por último, tampoco se debe dejar de lado todo lo que generó la propagación del coronavirus. «La pandemia completó el combo a nivel de las restricciones, del temor de salir a trabajar, porque imposibilitó las juntadas y las capacitaciones, reuniones necesarias para reforzar la actividad del sector».
«Hoy en día, hay muchos apicultores que desarrollan esta actividad no como principal fuente de ingresos, sino como labor secundaria o terciaria. La apicultura provincial está en crisis y se necesita un fuerte apoyo para las cooperativas y asociaciones apícolas más pequeñas. Necesitamos un plan que renueve y haga resurgir la actividad», sentenció finalmente.
Pesticidas en evaluación por sus consecuencias
Como se dijo en la nota central, el uso de insecticidas en una de las causas en la reducción de las poblaciones de abejas en todo el mundo. Ortovski mencionó el accionar de los que se hacen a base de neonicotinoides y, en este sentido hizo mención de que, actualmente, la prohibición algunos de estos productos, está en consulta pública por parte del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
«Estos productos son perjudiciales para las abejas. Al que realmente le interese el tema, tiene la posibilidad de participar en la consulta hasta el miércoles 26», remarcó. En la página www.argentina.gob.ar/consulta-publica-415 se puede acceder también al proyecto en el que se fundamenta el pedido de prohibición de este y otros productos.
«Las opiniones sobre este proyecto deben estar fundadas en razones técnicas, ser claras, pertinentes y, en la medida de lo posible, breves», indican en el sitio.
Los jarabes y la competencia
desleal en el mercado
Un problema no menor para los apicultores en el mercado está dado por la competencia desleal con productos que se venden a menor costo como sustitutos de la miel, cuando en realidad no lo son. «Hay mucha gente inescrupulosa que compra miel y la adultera agregando jarabe de glucosa. El resultado es una miel rebajada, mucho más barata que la pura y sin la etiqueta correspondiente», dijo el técnico.
«El kilo de miel pura cuesta alrededor de 400 pesos, pero resulta que la rebajada es más barata. Está, por ejemplo, lo que llaman jarabe de miel, que se usa en muchos productos de la industria alimenticia, y en realidad es jarabe de maíz, y que es, además, bastante dañino. Distinto de la miel que es nutritiva. Aceleran el proceso y le falta toda riqueza que le agrega la abeja. Es una miel en la que borraron a la abeja», agregó,
«Es todo un tema que ha causado mucho desaliento en los apicultores», completó.