Estar arriba del podio es lo que soñamos todos los días cuando nos levantamos y vamos a la cancha a entrenarnos», sostenía el técnico de los Pumas Seven’s unos días antes de arribar a suelo japonés. Hoy el sueño se hizo realidad, pero para conocer el proceso y ese sueño, se trabajó mucho. En una nota antes de los Juegos, Gómez Cora dejaba conceptos para entender un poco los resultados se que fueron dando.
La medalla era la idea fija de Santiago Gómez Cora, así empezaba cada día, una obsesión deportiva de él y los suyos. El head coach de Pumas 7’s estaba entusiasmado porque sabía que tenía materia prima: un plantel con dosis justas de juventud, vigencia y experiencia. Confía en que aprendieron de los errores en Río 2016.
Así como Alejandro Sabella graficó aquello de «cruzar el Rubicón», él habla de los cuartos de final como «el partido más importante». La medalla olímpica sería un espaldarazo para el rugby argentino, pero sobre todo para el Seven, modalidad ninguneada durante muchos años que, a fuerza de resultados, ganó apoyo y autonomía como los otros seleccionados. Mucho tuvo que ver Gómez Cora, que también es el goleador histórico. Coronarlo con el ascenso al podio sería un acto de justicia del destino.
Y lo hicieron, cruzaron el Rubicón, nada más y nada menos que ante Sudáfrica, una potencia, campeón mundial de seven y le ganaron con un hombre menos, por la expulsion de Revol, con una soberbia defensa y efectividad. Hasta finalizaron jugando con 5 por un amonestado sobre el cierre.
CAMINO A TOKIO
En el camino a Tokio, una de las escalas fue una puesta a punto en Chula Vista, una ciudad costera al Sur de San Diego, California. Para que pudieran entrar a ese centro de alto rendimiento, que es público y está reservado a los atletas olímpicos estadounidenses. De quienes obtuvieron el padrinazgo del equipo de Seven, compartieron lugar de entrenamiento y jugaron amistosos. Un rival directo en el Circuito y las citas olímpicas.
«Junio y julio eran fechas muy complejas para entrenarse, porque tenés 0 grados en nuestro país a las siete de la mañana. En Estados Unidos buscamos calor, que es lo que tenemos en Tokio», cuenta Gómez Cora a LA NACIÓN. Se vacunaron apenas pusieron un pie en San Diego. «En un momento nos iba a vacunar el Comité Olímpico (Argentino), pero la Sputnik no estaba homologada por el Comité Olímpico Internacional. Luego se homologó, pero nosotros no llegábamos a darnos las dos dosis porque ya teníamos planeado esto del viaje, el clima. Toda una sumatoria que nos hizo vacunarnos con la de Johnson, que es muy fuerte».
EL GRAN OBJETIVO
«El objetivo obviamente es jugar por la medalla. Queremos romper esta barrera de los cuartos de final. Es «el partido» del Seven, donde los sueños empiezan, la esperanza aparece o donde se confirma un proceso para los que ya están arriba. Queremos romper esa barrera y tener la chance de jugar por una medalla. No es muchas veces por el nivel, sino por la templanza para cerrar un partido tan definitorio», afirmaba con la fiereza con la que días después sus dirigidos lograban el objetivo.
¿Es una cuestión más de mentalidad?
-Sin dudas, nos pasaba muchas veces que le ganábamos a Fiji en la zona y en cuartos, no. Ese tipo de equipos levanta más en el segundo día.
¿Qué sería para el seleccionado conseguir una medalla?
-Uf (suspira). Sería un montón. Es por lo que trabajamos y lo que nos motiva todos los días. La medalla. Tengo la imagen de felicidad de los chicos (los Panamericanos) en Lima, con ese orgullo de que su trabajo y tiempo aplicado valió la pena. Es lo que soñamos todos los días cuando nos levantamos y vamos a la cancha a entrenarnos. Estar arriba de un podio. Y vaya si lo lograron.
Para el Seven, muchas veces golpeado, se lo merece. Se trabajó mucho para estar hoy. Que se estén dedicando full time a esto, no tengan que jugar XV y se pueda planificar su vida a través del Seven para mí es espectacular. Muchas veces se ve la foto de la palomita en el ingoal, pero el laburo fuerte lo hacen acá, haciendo tres turnos desde las 7 de la mañana. Que puedan culminar sus carreras colgándose una medalla sería increíble.
En el Circuito Mundial tenían torneos bastante seguido. Ahora fue al revés, ¿A qué apuntan?
-Antes había mucho viaje, mucha competencia y no llegabas a preparar al equipo. Estás ajustando algo y ya estás compitiendo. Está muy bueno competir, pero no teníamos tiempo de preparación. Lo más importante es competir, consolidar nuestro plan de juego y a partir de ahí ir elevando nuestro nivel.
Agregamos un sistema para distintas situaciones y lo complejo es que comulguen dos distintas formas de defender y dos formas diferentes de atacar. El juego lo entienden. El tema es aplicarlo en un escenario distinto y en saturación, cansancio. En el entrenamiento sale todo bárbaro y la coreografía es muy linda, pero otra cosa es en la cancha, con el rival que te ofrece un escenario distinto.
¿Qué diferencias ves con el proceso de Río 2016?
-Corregimos mucho y aprendimos mucho del proceso anterior. Desde ampliar la base, que es un poco este proyecto de Youth Olympic (Juegos de la Juventud). Se van escalonando y, esos jugadores que salen, van alimentando y dan justo el tiempo: esos dos años de 2018 al 2020 caen perfecto para ir metiéndolos en el sistema.
Si voy a los números, la clasificación a los Juegos de Río nos costó. En esta clasificación ganamos por 35 puntos de diferencia en casi todos los partidos. En el Panamericano anterior perdimos la final. En éste lo ganamos de punta a punta. Es un equipo que individualmente lo veo con un poco más de juventud: un mix de experiencia, años de circuito y estos jóvenes que ponen una impronta divina al equipo. Así que me tienta más este equipo.
Tenemos 24 jugadores de muy buen nivel. La lista es amplia. Para Río estábamos justos, sufrimos un par de lesiones y tuvimos que acudir a jugadores que no venían jugando frecuentemente.
Este mix es excelente dentro del grupo. La ingenuidad, alegría y frescura que tienen los chicos para jugar; tipos con mucha experiencia como Gastón Revol o Franco Sábato; y los que están en la edad plena de experiencia y juventud, que serían Matías Osadczuk, Lautaro Bazán Vélez o Santiago Mare. Son tres patas que son perfectas.
¿No pensaste en traerte alguno del rugby de XV?
-Con los entrenadores nos juntamos para ver el destino de distintos jugadores. Por ahí, decidimos que éste ya está para dar el salto a Jaguares o Pumas. Otro, por ahí, en Argentina XV. Y la otra pata de desarrollo puede ser el Seven. En esa repartija, tenemos todos los puestos cubiertos y no teníamos ninguna necesidad de salir a buscar en otro lado. Eso habla de ese proceso que aprendimos en 2016: a no quedarnos con 16 jugadores. Hoy teníamos a 24 que podían ir a Tokio tranquilamente.
Gastón Revol, un histórico, dijo que se retira después de Tokio. ¿Qué le aporta al grupo?
-No sabemos si se retira (sonríe). Hace poco le dije que por las dudas organicemos en agosto un partido de despedida. Me miró y me dijo: «No sé todavía». Gastón es el equipo. Es todo lo que está bien en un jugador de rugby. Es el espejo que tienen que mirar los chicos cuando llegan. Es el primero en llegar y el último en irse. Jugando es buenísimo, pero en la parte humana es un 10.
Tenés jugadores que ganaron el oro en los Juegos de la Juventud de 2018. Sí, llegaron con otra cabeza, a faltar el respeto pero de buena manera. Y a los más grandes les encantó porque les subieron la vara. De Marcos Moneta sabemos todos. Me sorprende la velocidad que tiene: es un chico que está en el aire. Después Kiki Mendy está creciendo muchísimo en lo que es una función más de playmaker y definidor, que es algo que no estaba habituado. Y está Lucio Cinti, que tiene un potencial enorme y ya estuvo en el banco de Los Pumas. Todos me sorprendieron muchísimo.
¿Llegaron en plenitud a Tokio?
-A todos los equipos les falta competencia. Jugar contra Nueva Zelanda, Fiji, Australia y Sudáfrica es lo que le falta a este equipo. Y nos va a sorprender muchísimo porque no tenemos el nivel físico y técnico de esos equipos. Dentro de lo que son los otros equipos, llegamos de muy buena manera. Justamente dos de estos equipos del Hemisferio Sur estuvieron en la zona de grupos con Los Pumas en Tokio y luego los otros dos. Con los finalistas, no se pudo.