Aun mes del retorno a las aulas, un grupo de 30 docentes de Santo Tomé, advierte sobre el estado de la Ruta Provincial Nº 94, donde colapsaron dos puentes en noviembre del año pasado y sólo uno de ellos fue reparado. El tránsito se encuentra restringido para automóviles, camionetas, camiones y colectivos, en el tramo que comunica a la ciudad de la costa del río Uruguay con dos localidades: Garaví y Garruchos, por la falta de reparación, lo que genera consecuencias significativas para la rutina diaria de los pobladores y los maestros en época de clases.
Un docente santotomeño, Marcelo Olivera compartió con EL LIBERTADOR la difícil situación que enfrentaron el último mes del año para llegar a sus escuelas en las dos localidades mencionadas distantes a 45 y 70 kilómetros respectivamente de la ciudad cabecera, lo que podría volver a ocurrir si no se realizan las obras necesarias en el puente Pariopá.
VERDADERA
ODISEA
La problemática comenzó a fines de noviembre, cuando la crecida del río Uruguay dañó los puentes sobre el arroyo Ciriaco a 3 kilómetros y sobre el Pariopá a 15 kilómetros de Santo Tomé, afectando directamente a los docentes que se desplazan diariamente en vehículos particulares, ya que no cuentan con transporte público. Entonces, maestros y vecinos se unieron para pedir por las obras y sólo uno de los puentes, el más cercano al paraje Atalaya, fue reparado rápidamente gracias a la presión ejercida por los pobladores ante las autoridades.
Sin embargo, para los docentes el problema no se resolvió, el segundo puente -que atraviesa el arroyo Pariopá- quedó en el olvido, no dejan pasar vehículos, sólo motocicletas y personas a pie, lo que genera un aislamiento que afecta la calidad de vida de estas comunidades.
Olivera relató la odisea que vivieron durante un mes: «Teníamos que pagar remis, ir hasta el primer puente a 3 kilómetros, conseguir otro remis que nos llevara hasta el siguiente puente a 15 kilómetros, y luego, la Municipalidad nos recogía en combi. Era toda una logística, un drama».
La situación persiste y afecta a toda la población de Garaví y Garruchos, que enfrentan dificultades para realizar trámites en Santo Tomé, acceder a servicios médicos y trasladarse en casos de emergencia.
CAMINOS
ALTERNATIVOS
Les sugirieron tomar caminos alternativos. Olivera, comentó que existen otras opciones para llegar desde Santo Tomé a las escuelas donde enseñan.
«Hay tres caminos alternativos; fuimos por los tres. En el primero casi quedamos enterrados en el barro. En el segundo, la tierra colorada hizo los suyo. Muchos transportes cargados con pinos que sacan de la zona, hacen peligroso el tránsito al punto de circular a ciegas por la polvareda que se levanta. Además, la ART (Aseguradora de Riesgos de Trabajo) no te cubre porque es otro trayecto, no el camino habitual hacia la escuela», graficó.
Otra ruta implica «dar la vuelta», que significa transitar 500 kilómetros por día, «250 de ida y otros 250 de vuelta, salir del territorio provincial o sea ingresar a Misiones por la ciudad de Apóstoles para volver a entrar a Corrientes por caminos rurales. Son dos horas y media más o menos cada viaje», costeado por los propios docentes.
La falta de atención a esta problemática también aqueja a los policías ubicados en el puente cuyo cruce está restringido, quienes enfrentan condiciones adversas sin protección contra las inclemencias del tiempo.
Los docentes buscaron también apoyo de las autoridades locales para lograr la reparación urgente del puente sobre el arroyo Pariopá. Sin embargo, la incertidumbre persiste.
Se espera una respuesta rápida de las autoridades para resolver esta situación y garantizar el acceso adecuado a servicios esenciales para estas comunidades correntinas.
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