Tras el tratamiento que en la sesión del jueves 3 se dio al Código de Nocturnidad, el Concejo Deiberante de Sauce aprobó un proyecto del bloque de ECO-PJ, por el cual extendió el horario del funcionamiento del único local bailable hasta las 7, cuando en el resto de las ciudades e incluso en grandes urbes, se permite hasta las 5 o 6 como máximo, decisión que provocó el malestar generalizado de los vecinos.
Los comentarios se produjeron como polvareda, como que «aprobaron sin argumentos y ni a favor al bien de la población, sólo atendiendo intereses de un local de baile y en el contexto de situaciones de inseguridad creciente en la comunidad, preciamente por una nocturnidad sin regulación adecuada». En ese sentido, se hizo notar que el fin de semana anterior se produjeron en la localidad entraderas a un importante establecimiento educativo, a una vivienda céntrica, a escasos metros del boliche y de la Comisaría departamental, más los problemas de siniestro vial, que se cobró la vida de jóvenes en horas de salida del lugar nocturno, además de registrarse un constante aumento de la distribución de drogas, lo que asienta el narcomenudeo en esta población.
EL INTENDENTE
NI EL COMISARIO
LO APRUEBAN
Se realizaron previamente reuniones con las autoridades para analizar esa resolución de la mayoría de los concejales, y hasta el comisario y el intendente, Carlos Raúl Romano, expresaron su negativa al entonces proyecto.
El concejal de Nuevo País, Raúl Encina, con su voto negativo, manifestó que «esta medida, carente de fundamentación, contrapone objetivos que persiguen normas nacionales y provinciales que regulan la actividad nocturna» y advirtió que «menudo favor le hace a una sociedad que exige y necesita cada vez más seguridad, y que seamos responsables ante problemáticas como la drogadicción. Es una falta de respeto a la comunidad educativa que nos convoca a trabajar por la concientización y prevención de las adicciones; a los vecinos de locales bailables que ven lesionado el derecho a la limpieza del frente de sus casas o a la libre contaminación acústica». Tras esa descripción evidente y elocuente, el edil sostuvo que «es necesario trabajar en una norma alternativa».
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