Se celebró ayer el Día del Trabajador Rural, que como cada 8 de octubre destaca su tarea con el fin de fortalecer el reconocimiento y el respeto a sus derechos, las más de las veces tan manoseados por las patronales, incluso hasta hundiéndolos en la esclavitud.
Con ese motivo, este domingo la Regional NEA del Comité Ejecutivo para la Lucha contra la Trata y Explotación de Personas les deseó «feliz Día a los Trabajadores y Trabajadoras Rurales». Puntualmente, respecto a ese deseo de felicidad, el delegado de la Dirección del Comité contra la Trata, José María Serbín, publicó en su Facebook: «En especial a aquellos que inescrupulosamente son explotados laboralmente y como lo expresa el Papa Francisco, porque lo que está en juego es la dignidad de las personas, esa dignidad que hoy se pisotea con demasiada frecuencia y facilidad con el ‘trabajo esclavo’, con el silencio cómplice y ensordecedor de muchos».
Recuerda entonces que el Papa lamentó como «incluso la literatura, el pan de las almas, expresión que eleva el espíritu humano, está herida por la voracidad de una explotación que actúa en las sombras borrando rostros y nombres», afirmación que la hizo en respuesta al escritor y periodista Maurizio Maggiani, que en una carta dirigida al Pontífice le dijo «la vergüenza» que sintió al descubrir que sus libros y los de otros autores se imprimieron gracias a la explotación que sufrían en el trabajo migrantes paquistaníes. Tal como se informa periódicamente en los medios argentinos y provinciales sobre las condiciones infrahumanas en las que los empresarios tienen a trabajadores en forestaciones y otros sectores productivos en el campo.
El Papa Francisco instó a denunciar «los mecanismos de la muerte» que llevan a la explotación en el trabajo de las personas, como ya lo hacía cuando era Arzobispo de Buenos Aires.
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