El tema quedó en el tintero por el contrapunto dentro del oficialismo y por el proceso electoral, que incluso llevó a que se considere la ampliación en el número de miembros.
04-POLITICA-6Finalmente, el proceso de nominación del nuevo Defensor del Pueblo pareciera encaminarse a una decisión que comenzará a tomar forma en la mañana del jueves venidero cuando los integrantes de la Comision Bicameral retomen un tema que había quedado en el tintero desde hace tiempo.
En parte por el contrapunto dentro del propio oficialismo entre los senadores Ricardo Colombi y Noel Breard, y en parte por el proceso electoral que incluso llevó a que se considere la posibilidad de ampliar el número de miembros que actualmente son tres, (un Defensor titular y dos adjuntos).
Incluso algún senador trabajó en un proyecto de modificación del reglamento, iniciativa que con el correr de los meses fue perdiendo fuerza quedando en claro que en términos de opinión pública no sería digerible un debate de esta naturaleza, en los tiempos que corren.
El jueves, en la labor parlamentaria, antes de la sesión, el peronismo sacó a relucir la necesidad de darle un corte al proceso en marcha, haciéndose eco de versiones que circulan respecto a una eventual caída de la lista en consideración para el llamado a un nuevo concurso.
Preocupa además, el vacío de poder que se ha generado en el ámbito de la Defensoria, sin instrucciones claras de la representación orgánica de la Comision Bicameral.
La senadora Carolina Martinez Llano planteó el tema haciendo hincapié en los rumores de la posibilidad del llamado a un nuevo concurso señalando que, de conformidad a las normas en vigencia, ello sólo podría si se agota el procedimiento estatuido lo que supone que la Comisión ponga a consideración de las Cámaras el candidato a defensor titular quien, a posteriori, y en el marco de un acuerdo previo, nominara a los adjuntos.
En el caso de que los tiempos se aceleren, el pleno de la comisión pasa al Senado la propuesta y en caso de obtener los 2/3 seguirá su curso hacia la Cámara de Diputados.
Luego de dimes y diretes y versiones cruzadas, con una indisimulable puja en el oficialismo senatorial la cuestión parece llegar al punto final no siendo un hecho menor que el primer mandatario provincial prefiera mantenerse al margen de una cuestión que es resorte de la Legislatura provincial, una actitud lógica en términos de una disputa de poder que reconoce el telón de fondo de viejas cuitas, algunas de poca monta.
Lo cierto es que el planteo de la legisladora peronista cuyo bancada es minoritaria en el Senado logró el consenso necesario como para fijar fecha para la reunión de la Comisión, un logro que hace a la forma con que se trabaja en la Cámara alta donde, más que el número, prima la racionalidad, el diálogo y el respeto entre los senadores.
En los hechos y conforme a los precedentes, que nada indica podrían cambiar, el Senado elige el Defensor del Pueblo y, designado este, con el aval de ambas cámaras, procede a nominar, en el marco de acuerdos previos, a los dos adjuntos que corresponde uno al propio Senado y otro a los Diputados.
De ahí la importancia de los números en el Senado como puntapié inicial de la conclusión de un proceso que en caso de fracasar recién habilitaría al llamado de un nuevo concurso, aspecto este no tan de forma en la medida en que disiparía la posibilidad de que alguno de quienes están en la lista terminen judicializando la decisión.