Durante 2024, se convirtió en ley el proyecto a través del cual se regula la equinoterapia como actividad terapéutica de habilitación y rehabilitación integral de la salud humana en todo el territorio provincial. Así se resolvió tras una revisión del Senado provincial, en la última sesión ordinaria de 2024, la Cámara de Diputados de la Provincia.
Cabe destacar que la iniciativa fue un trabajo conjunto de la diputada Albana Rotela Cañete del Partido Popular (PP), Lucía Centurión (ELI) y el diputado mandato cumplido del PP, Javier Sáez.
Por lo tanto, se entenderá a la equinoterapia como una disciplina complementaria dentro del marco de la medicina convencional integrativa utilizada para la habilitación, y rehabilitación de personas con discapacidad o que poseen indicación médica del tratamiento, mediante el uso de un caballo apto, certificado y debidamente entrenado, impartido por personas capacitadas y en lugares aptos para este fin.
Se considerará centro de equinoterapia a las entidades destinadas a prestar servicios de esta índole con infraestructura física, personal y equipamiento idóneo para dicha actividad.
La ley establece quiénes podrán acceder a estos centros e incluso cómo debe estar conformado el equipo de trabajo, que deberá ser interdisciplinario y qué tratamientos deben ofrecer.
«La equinoterapia será impartida por un equipo interdisciplinario cuya conformación dependerá del caso a tratar; debiendo formar parte del mismo, como mínimo, un profesional del área de la salud, un profesional del área de la educación, un representante del Consejo Provincial de Discapacidad (Coprodis), un instructor de equinos y un médico veterinario, conforme a los requisitos y formalidades que establezca la Autoridad de Aplicación», explica la nueva normativa.
DETALLE
Los centros de equinoterapia a crearse en la provincia deberán contar con elementos de primeros auxilios; un servicio de emergencia contratado y acceso al servicio de hospital público zonal y seguro de responsabilidad civil.
Las instalaciones deben estar equipadas con caballerizas, establos, boxes y corrales acorde a las especificaciones arquitectónicas y requerimientos fisiológicos de los animales, establecidos por el profesional veterinario, de acuerdo al clima y costumbres del lugar que garanticen el bienestar del animal.
Además, zona de pista o picadero, con al menos una pista plana correctamente delimitada; zona de descanso para el caballo, zona de servicios de usuarios, entre otros.
Los equinos destinados a la equinoterapia deberán estar debidamente entrenados y adiestrados a tal efecto, y contar con certificado de aptitud física expedido periódicamente por el médico veterinario, garantizándose su cuidado, derechos y prácticas de bienestar animal conforme a la legislación vigente.
El Instituto de Obra Social de Corrientes (Ioscor) deberá incorporar como prestación obligatoria a beneficiarios y/o afiliados, la cobertura integral para la práctica de la equinoterapia, conforme los criterios que establezca la Autoridad de Aplicación.
Los caballos, esencial en tratamientos infantiles
Los tratamientos que implican la presencia de animales no son nuevos y los resultados positivos de su aplicación crecen día a día. La equinoterapia es uno de ellos. Y hace unos 40 años que se desarrolla en la Argentina. Según los expertos, se trata de una terapéutica que, de la mano de los caballos, las técnicas de equitación y las prácticas ecuestres buscan rehabilitar, integrar e impulsar el desarrollo físico, social y psíquico de las personas con discapacidad. Todos aspectos esenciales si se trata de niños y la búsqueda una mejora en su calidad de vida y proyección a futuro.
Hace un tiempo, un diario porteño publicó un informe en el que se destacan distintos aspectos: «Años atrás la equinoterapia se utilizaba para patologías del sistema músculo-esquelético, afectaciones motoras o del patrón de marcha. Pero a través de los años se sumaron otras áreas, como son la psiquiatría, la pedagogía, la organización deportiva, la terapia ocupacional, y fonoaudiología, entre otros, y se amplió un abanico de enfermedades que se pueden tratar con el caballo», explicó a este medio Marysol Tajacardenas, magíster en Neuropsicología clínica.
En ese sentido, la experta destacó que esta terapéutica no sólo se basa en «el enfoque físico sino el psicológico, biopsicosocial, sensorial, emocional, que de algún otro modo lleva a lo que es el lenguaje y cuestiones conductuales», por eso detalló que las patologías que se abordan en la equinoterapia son muy amplias: «Desde síndrome de Down y trastorno de procesamiento sensorial, hasta trastornos del lenguaje, parálisis cerebral, trastornos del espectro autista. Incluso, se pueden abordar cuestiones de autoestima o de duelo». Siendo que, según Tajacardenas, tras la pandemia «se acrecentaron las cuestiones emocionales en los individuos».
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