Especialistas del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) de Mercedes presentaron un protocolo de sincronización reproductiva, que apunta a reducir el porcentaje de vacas en anestro, mejorar los índices y anticipar la preñez en los establecimientos pecuarios del NEA. Los detalles de esta biotecnología reproductiva se presentaron en el encuentro de la Gira Ganadera, el jueves 22 de septiembre en la ciudad mediterránea.
Plantearon que en la región la cría bovina se realiza de forma extensiva y, en general, sobre ambientes marginales, por lo que el desarrollo de tecnología orientada a mejorar la productividad de los rodeos es una necesidad.
El estudio de la fisiología reproductiva -iniciado en los años 70- permitió conocer qué ocurre en la hembra, desde el parto hasta el primer celo fértil, para planificar su manejo. Este período, conocido como anestro pos parto, es particularmente importante porque es clave para mejorar los índices de preñez en los rodeos de cría.
Para lograrlo, Domingo Aguilar -especialista en manejo reproductivo de bovinos y ovinos del Inta- propone la aplicación de un protocolo para la sincronización reproductiva. En otras palabras, esto significa aplicar una serie de fármacos para reducir el período de anestro y mejorar la eficiencia biológica del animal.
«La duración del anestro pos parto es variable y está vinculado a la lactación y a la nutrición o estado corporal del animal», señaló Aguilar quien puntualizó en la importancia del balance energético positivo: «Para que esta tecnología funcione y mejoren considerablemente los índices de preñez, es necesario que la vaca gane peso durante la etapa de servicio».
Históricamente, para lograr la preñez de las vacas era necesario que coincida el ciclo de las pasturas -momento de mayor producción de materia vegetal- con la necesidad de los animales -servicio-. De este modo, era posible asegurar que una hembra inicie el proceso del servicio con una buena condición corporal para que pueda quedar preñada.
RECURSOS Y
PLANIFICACIÓN
Aguilar destacó el rol de los recursos forrajeros y la planificación de las tareas para asegurar que las vacas se mantengan con un balance energético positivo. «En situaciones en donde la falta de lluvias repercute sobre la cantidad y calidad de los pastos, es necesario considerar suplementar las dietas con diferentes tipos de raciones».
Resultados preliminares de un ensayo realizado en el establecimiento ganadero Itá Ibotig demostraron que, a pesar de la carencia forrajera -causada por la sequía que se registra en la región desde 2020- se logró un 44 por ciento de preñez con la aplicación del protocolo farmacológico, en comparación con el 40 por ciento que se registró con la práctica de enlatado, evaluada a los 35 días de aplicadas ambas técnicas.
«Si bien, a simple vista, los números no muestran grandes diferencias, la tendencia global de la aplicación del protocolo es positiva», expresó Aguilar quien destacó las ventajas a largo plazo de esta práctica: «No sólo permite anticipar la preñez a los 35 días, sino que, además, considera la continuidad de la lactancia de los terneros que se encuentran al pie de la madre, lo que a largo plazo repercute en más kilos al momento del destete».
«Nuestro objetivo final es que todas las hembras produzcan terneros y lo hagan de la mejor manera posible», subrayó Aguilar.
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