La comunidad de Empedrado despidió con cariño a quien dejara un legado de trabajo silencioso en pos de la cultura y educación del pueblo: la señora Alba Susana Urturi de Pellegrino, más conocida como «Tía Susy», quien falleció el 28 de febrero llevando consigo el reconocimiento y el agradecimiento por «todo lo brindado».
Fue maestra y profesora de varias generaciones de empedradeños; ganándose el respeto, la admiración y cariño de todos los que la conocieron.
Además, en su larga trayectoria en distintas instituciones, integró la Comisión de Recuperación y Restauración del emblemático teatro Dora, cuyo edificio estaba -en la década del 80- usurpado.
Fue entonces que, junto a un grupo de mujeres y hombres mediante actividades de recaudación se encargaron de recuperar para la sociedad dicho espacio que por sus características acústicas, altura, disposición y dimensiones lo erigieron como uno de los mejores teatros de la provincia.
Su labor fue intensa e incansable. Integró la Comisión Promotora de la Escuela Normal. «Realizó junto a otros, incontables viajes a Corrientes Capital, participando en diligencias y reuniones en distintos organismos y dependencias hasta lograr presentar el proyecto de la Creación de la Escuela Normal de Empedrado y obtener su aprobación en la Legislatura de Corrientes», cuentan orgullosos en su localidad.
La «Tía Susy» era sumamente inquieta y justa. Promovió la Comisión permanente de homenajes a Fernando Piragine Niveyro, afianzando su figura, su impronta de Gobierno y su interés como dilecto hijo de este suelo. Cada año, se le sigue rindiendo tributo. «Susy, sola tomaba el compromiso anual, sin recursos la mayoría de las veces; para rendir tributo al compoblano y mantener vigente su figura como modelo proactivo entre nosotros», recordó su hijo Marcelo en una semblanza de su madre.
«Susy» también colaboró, desde su origen, en el funcionamiento del Club Social Cultural y Deportivo General San Martín. Hasta estos últimos recientes años, pionera y activa emprendedora de su recuperación en la actual Comisión Directiva.
DEVOCIÓN AL SEÑOR HALLADO
Como si fuera poco, también fue redactora de la Oración al Señor Hallado de Empedrado, la que se distribuyó por primera vez, en el Novenario al Patrono en 1994, siendo párroco Urbano Oreste Zini.
El escrito fue redactado para el 14 de septiembre del año 1987, época del arzobispo Monseñor Rossi y fue leída por primera vez ese día por el padre Zini en una de las misas de celebración de las Fiestas Patronales de Empedrado.
MENTORA DE
ARTESANOS Y SU FERIA
La «Tía Susy», dejó sus huellas en la Feria de Artesanía Arandú Pó, la que se realizó por primera vez como Expo Feria Empedrado el 14 de septiembre de 1987, en el Club Ateneo, organizada por Cultura municipal, a su cargo en ese entonces y de la Comisión Vecinal de Cultura local: presidida por Laura Teresita Sosa de Trócoli.
En esa oportunidad se instituye la figura de la «Embajadora de los Artesanos», con propósito de resaltar la cultura junto a los méritos intelectuales, profesionales, oficios y cualidades de la mujer y toda la creación y confección de su vestimenta e indumentaria; promoviendo a la vez, las relaciones y el turismo. «En esto vale diferenciar al reinado, que mal puede o pudiera aplicarse, ya que no abarca toda la dimensión de su fundacional propósito recién expuesto», se aclaró.
Al día de hoy y luego de muchos años de esfuerzo y esperanzado compromiso, la muestra que exhibe y potencia todas las actividades productivas, económicas y culturales del pueblo, alcanza ribetes de importante connotación social y apreciables resultados comerciales.
El 14 de septiembre de 1987, con la distribución por primera vez de la Oración al Señor Hallado de su autoría, la realización de la Primera Feria Artesanal Arandú Po (manos sabias) y la festividad cívica-militar dio a «La Perla del Paraná» una dinámica festiva y reluciente sin igual.
«En cada uno de estos sucesos impulsó, trabajó, se abocó comprometidamente sin estridencias, sin figuraciones ni sobreactuaciones. Humilde, silenciosa, juiciosa… Quería ayudar, colaborar y manejarse en lo que sabía y muy bien que lo hacía. Con elegancia, delicadeza, sutileza y aplomo», señalan en Empedrado.
Además fue autora de incontables escritos, poemas surgidos de su inspiración; con una memoria prodigiosa de la historia fundacional de Empedrado, su vida social, familiar y edilicia.
La cultura del pueblo del Señor Hallado, de su pueblo de las Violetas, del pueblo de la Capilla del Señor o del Empedrado, la despide con un «gracias» enorme.