El Superior Tribunal de Justicia llevó adelante ayer el primer simulacro del juicio oral ante la inminente implementación del nuevo Código Procesal Penal en la ciudad de Corrientes. El escenario fue el Aula Magna del hospital Escuela y el objetivo fue que la ciudadanía pudiera participar de una experiencia en la que se conoció cómo se desempeñan el Tribunal, los fiscales, la querella, las defensas, el imputado y los testigos en este nuevo sistema.
La invitación fue abierta al público y con entrada gratuita. La respuesta a la propuesta fue un cupo completo que colmó el auditorio del hospital.
Desde las 16.30, pudieron presenciar el simulacro en tiempo real de un juicio, bajo las reglas del nuevo Código que va a entrar en vigencia en los próximos meses. La finalidad de la representación de una audiencia era permitir que el público pueda dimensionar el cambio que la nueva norma implica y las destrezas y habilidades necesarias para los procesos penales.
«Este es un sistema que exige capacitación y preparación para que se tenga un relato ganador. Y no sólo la defensa, la fiscalía y la querella deben capacitarse, también debe hacerlo el juez, para no cometer una injusticia», dijeron durante la presentación, antes de dar inicio a la audiencia ficticia.
«Este es un caso real producido en el Interior. Primero, hemos cambiado un montón de cosas como ser nombres y situaciones particulares para que no se sepa qué caso es. Segundo, todos los actores son funcionarios del Poder Judicial. Tercero, esto está destinado al público en general. Cuarto, lo que queremos nosotros es que de alguna manera se comprenda rápidamente, sin explicaciones teóricas, las bondades o no del nuevo proceso», explicó a EL LIBERTADOR, el ministro del Superio Tribunal de Justicia, Eduardo Panseri, quien estuvo a cargo de la coordinación general de la actvidad.
En cuanto a la Comisión Organizadora, incluye a Patricia Barbis, Elizabeth Ascona, Juliana Ojeda, Pablo Peris Alemany, Amelia Presman y Mariángeles Ponce.
Contaron además con la colaboración del Club de Litigación y el Área de Capacitación del Poder Judicial. A la vez que el Tribunal de Juicio estuvo conformado por Cynthia Godoy Prats, Ariel Azcona y Gabriela Aromi de Sommer. Los fiscales fueron Mauricio Mattos Serrano y María Belén Safdie; la Querella estuvo en manos de Facundo Leguizamón y Lucila Cohen; los defensores fueron Patricia Beatriz Mill y Matehus Pared Camambira; y el imputado fue Félix Pérez Díaz. Los testigos fueron José Gálvez, Julieta Lértora, Anibal De Bórtoli, Nicolás Gómez Guillén, Nicolás Bonastre, Andrea María Ibáñez y el Gabriel Alcaraz.
La exigencia de audacia y creatividad
En diálogo con EL LIBERTADOR, el doctor Panseri se refirió a los cambios que plantea el nuevo Código, que motivaron el simulacro. «Antes, los hombres y mujeres que trabajaban en el viejo Código, lo hacían en el expediente. Hablaban escribiendo, gestionando, pero siempre escribiendo. Ahora, nosotros tenemos que hablar, para que tengamos resolución del juez tenemos que ir a una audiencia», dijo.
«Hay sólo cuatro escritos que pide el nuevo Código, todo lo demás hay que hacerlo en forma verbal. Entonces, tenemos que garantizar antes, durante y al final, la ejecución de la audiencia. Sin audiencia, no hay decisión del juez, no va a haber resolución, no va a haber juicio, no va a haber nada, mucho menos, sentencia», agregó.
«Frente a este cambio, nosotros nos hacíamos la pregunta de si alguien estaba capacitado en Corrientes y la respuesta es no. Yo por ejemplo estuve en Santiago de Estero, Entre Ríos, Santa Fe y estuvimos en contacto con Chubut y San Juan (provincias donde se aplica una metodología de juicio similar), pero es la experiencia de ellos. Los que pudimos acceder a estas provincias, lo hicimos como público, no como persona que tiene que tomar la decisión en una audiencia… Entonces, empezamos con las capacitaciones, las concientizaciones y lo que podemos llamar la sensibilización de explicar cuál va a ser el profundo cambio», detalló el Ministro. Y agregó: «Tenemos que ser creativos y un poco audaces también, porque así nos plantea el Código».
«Antes me iba a mi estudio y ocupaba toda una tarde para razonar un escrito, para explicar mi posición. Ahora tengo que tener planificada mi conversación: cómo inicio, qué es lo que resalto, lo que no y qué quiero de la gente, el público y los jueces rescaten de mi posición», ilustró.
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