Los productos de la canasta básica registraron un fuerte incremento en sus precios ante las listas actualizadas de proveedores con actualizaciones de más del 40 por ciento. No obstante, supermercadistas revelaron que luego de conversaciones se logró consensuar que el aumento sea del 20 por ciento.
La situación se tradujo en un tremendo malestar para clientes que se encontraron con los valores remarcados, sin haber razones concretas, considerando que no hubo movimiento en precios de combustible ni corrida cambiaria del dólar.
En diálogo con EL LIBERTADOR, el titular de una de las cadenas de supermercados, Ricardo Cáceres confirmó que ayer se encontraban remarcando con nuevos precios entre 300 y 500 pesos más caro.
«Lo que pasa es que los precios estaban muy atrasados ya, y los precios justos ya no hay más», señaló al tratar de justificar la actitud de los proveedores.
A eso agregó: «Nosotros estamos remarcando. No queda otra. Yo creo que se va a mantener por unos días: antes, por ejemplo, ya le ponían de 10, 15 por ciento y ahora de una le sacudió el 40 por ciento, yo creo que ahí después se tiene que acomodar y se tiene que quedar».
Así las cosas, ejemplificó algunos valores: la yerba Mañanita de kilo que estaba 2.600 pesos, ahora se fue a 3.150 y la marca Rosamonte 3.400 pesos.
El rollo de papel por tres unidades que estaba 1.300 pesos ahora está 1.900 pesos.
«La gente entra, se enoja y compra lo que necesita», advirtió ante los cambios que se empezaron a notar desde la tarde del martes.
CAMBIO
En medio de la incertidumbre por la transición presidencial, mayoristas y proveedores anunciaron aumentos de hasta 50 por ciento. El incremento sorprendió a los vecinos y generó preocupación en los comerciantes.
«Estuvimos toda la maña comunicándonos con Secretaría de Comercio, se juntó con proveedores y se logró consensuar que los aumentos no lleguen a esos niveles. Para la tarde teníamos otro porcentaje con un poco más de coherencia: estamos hablando de bajar a la mitad las pretensiones a 20 por ciento», aseguró Raúl Rogido, encargado de compras de la cadena Impulso en diálogo con LT7.
Ante la situación que volvió inevitable, también se escuchó la opinión de Augusto Massochi, presidente de la Asociación de Producción, Industria y Comercio de Corrientes quien se mostró extrañado ante el aumento excesivo en el costo de ciertos productos, apuntando a que «ni siquiera hubo una disparada del dólar».
A lo que, en una entrevista en radio sudamericana, apuntó: «Recomendaría a la gente que no compre en aquellos comercios en donde los precios aumentaron al máximo. El pequeño comercio se cuida y es entendible que no quiera reponer la mercadería. Pero prefieren mantener la clientela a no vender nada. Perjudica tanto al cliente como al vendedor esta distorsión de precios tan grande. No sirve de nada incrementar por incrementar».
Lo cierto es que mientras todo se hace cuesta arriba y los salarios se hunden, porque no se aumentan de acuerdo al porcentaje del incremento de las mercaderías de la canasta básica, también ya se habla de un aumento de un 90 por ciento probablemente del transporte de pasajeros de mediana y larga distancia, justo cuando ya se aproximan las fiestas, época en que suelen suceder estas medidas también incomprensibles.
Ante la incertidumbre, recomiendan «stockearse»
Tal como lo anticipó a EL LIBERTADOR, en su edición del martes, el dirigente mercantil correntino, Enrique Collantes, se conocieron otras consideraciones que sugieren anticipar compras ante la incertidumbre.
En una entrevista a Radio Dos, el economista Santiago Manoukian, realizó un análisis tras el panorama post electoral y entre sus consideraciones sugirió: «Podemos adelantar consumo, es decir stockearnos, con alimentos que después se pueden guardar».
Asimismo, manifestó: «El principal objetivo que tiene el gobierno de Javier Milei será bajar la inflación, la idea es que los salarios caigan porque no van a poder responder rápido al igual que la actividad económica, y después de esto se pueda recuperar la actividad y los salarios».
En ese mismo sentido, el economista, estimó: «El año que viene vamos a tener la mayor crisis inflacionaria, con los ajustes que hará Milei, será del 12 por ciento para arriba, y si sale bien, se podrá empezar a bajar, y esto Milei no lo oculta y lo dice claramente para que estemos preparados».
Al mismo tiempo, afirmó: «Se van a mantener las microdevaluaciones diarias, hasta el 10 de diciembre, dentro de un esquema cooperativo se va a evitar hacer un ajuste cambiario y un salto muy fuerte»; y señaló: «El descongelamiento de los precios justos, en alimentos básicos, cuidado del hogar y cuidado personal, va a empujar un poco la inflación».
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