Por Gustavo Adolfo Ojeda
Para EL LIBERTADOR
Santo Tomé, como otras localidades del Interior provincial, despierta a diario con propagandas callejeras y mucho ruido de los diversos candidatos, que en unos 40 días más elegirá jefe comunal y concejales, además de diputados y senadores nacionales. Pero en medio del bullicio electoral, hay gente que trabaja en silencio, tal el caso de las Hermanas Terciarias Franciscanas, inspiradas en la beata María del Tránsito, y las enfermeras del hospital San Juan Bautista. Sólo para nombrar dos ejemplos, nombramos a Francisca Paniagua y Ricardo Aranda, entre otros servidores de la salud.
LA VIDA DE UNA
MUJER, FUENTE
DE INSPIRACIÓN
Pero volviendo a la madre María del Tránsito Cabanillas, la catequista Pompeya Gabriela Monserrat Sosa, egresada del colegio Nuestra Señora de Itatí, de la ciudad de Resistencia, Chaco, nos cuenta que la primera Beata argentina fue beatificada el 14 de abril de 2002, por el Papa, hoy San Juan Pablo II. Nacida esta futura santa el 15 de agosto de 1821, en la actual ciudad de Carlos Paz, provincia de Córdoba.
Su familia fue escuela de crecimiento ante las adversidades. Con 11 hermanos aprendió de relaciones sanas y fuertes, de compartir y recibir.
En la sociedad, María del Tránsito entendió que «quien no ama a su hermano a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve», como advierte el texto bíblico en la primera Carta de San Juan en el capítulo 4 versículo 20.
Sabía que quien se sabe hija de Dios experimenta la libertad y no puede ser dominado ni convertirse en dominador.
Su acción social la puso del lado de «los pobres y desamparados», a los que llevó educación para que no quedaran marginados de su tiempo.
Con los enfermos: no podía ver a alguien sufriendo necesidad. Cuando era joven, visitaba diariamente el hospital San Roque del que su hermano sacerdote era Capellán.
Con los pobres: cuando en Córdoba se instalaron las Conferencias Vicentinas que tenían como compromiso visitar a los pobres, ella fue una de las primeras en anotarse, llegando a ser Presidenta. Volvía a casa con su rostro encendido y procuraba sanar sus necesidades con lo que tenía, siempre dispuesta a compartir.
Como catequista: Tránsito se supo amada por Dios. Como era generosa, no pudo callar que esta alegría es para todos: «Jesús me amó y se entregó por mí». Por eso se dedicó a dar catequesis a los niños y pobres que visitaba. Provocaba en ellos el amor a la vida que nos es dada y utilizaba todos los recursos: paseos, cantos, dulces.
Como peregrina de la vocación: María del Tránsito aprendió en su vida que no es fácil descubrir lo que Dios quiere de nosotros. Ella vivió santamente su ser cristiana, pero sintió que Dios le pedía más. No sólo que se consagrara a Él, sino que también fundara una congregación que lo alabase. Pero la época de Tránsito no era fácil para la mujer.
Luego de un largo recorrido, el 8 de diciembre de 1878, a los 57 años de edad, fundó la Congregación de las Hermanas Terciarias Misioneras Franciscanas.
María del Tránsito siguió a Jesús al estilo de San Francisco de Asís. El Evangelio como regla de vida, el Espíritu Santo como conductor de su vida, la alabanza a Dios como gesto constante, la fraternidad como modo de vivir la alegría de ser Familia de Dios, la penitencia o Conversión como camino para encontrarse con Jesús que la lleva al Padre, la ternura de honrar a María, Hija del Padre, Madre del Hijo, esposa del Espíritu Santo.
Conocer a Francisco de Asís le permitió a Tránsito descubrir que la única tristeza está en no conocer a Jesús y que vale la pena ser pobre y dejarlo todo para seguirlo a Él.
ES POSIBLE VIVIR
EL MISMO ESTILO
Nosotros podemos vivir este espíritu franciscano sembrando la paz y el bien, buscando la justicia, cuidando la naturaleza, alabando a Dios por todo y gozándonos de tener hermanos en la fe aunque no siempre ellos nos comprendan y animen.
Muere el 25 de agosto de 1885 en el barrio San Vicente de la ciudad de Córdoba.
Paz y Bien.
Hoy su magnífica obra continúa en todo el país. Salta, Buenos Aires, Chaco, La Pampa, Entre Ríos, Santa Fe, Corrientes, incluso a llegando a Chile.
(Dedicado a la hermana Patricia y otras hermanas del hospital San Juan Bautista de la ciudad de Santo Tomé, Corrientes).
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