El correntino Fabián Ramírez Barrios por fin se pudo dar el gusto de ser campeón de la Liga Nacional de Básquetbol, defendiendo la casaca de Quimsa de Santiago del Estero, tras el categórico 4-1 en la serie final con el que «La Fusión» despachó a Boca Unidos.
El experimentado alero habló colmado por la emoción y resaltó el arduo camino hacia la cima como también lo mucho que soñó poder gritar campeón. «Contento, feliz, cumplí un sueño que hace años lo venía buscando. Mucho esfuerzo y hoy que nos toque es una alegría inmensa», manifestó.
Además, también habló sobre lo complejo que es disputar un encuentro de tal envergadura con tanta diferencia en el marcador para ambos equipos, por lo que se deshizo en elogios para con sus adversarios de Boca, que fueron aplaudidos por el estadio Ciudad, de Santiago del Estero en los momentos previos a la coronación del dueño de casa.
«Es muy difícil, había que seguir jugando por respeto a Boca que realmente fue un rival muy digno, siguió jugando y nosotros tenemos que respetar eso y seguir en el partido. La verdad fue muy difícil», afirmó al respecto.
RAMELLA COMANDÓ
LA NAVE
El vuelco que dio Leandro Ramella desde su llegada a Quimsa fue realmente impactante. El marplatense fue elegido por sucesor de Manuel Córdoba, tras un paso poco feliz donde Quimsa mostró baches de juego, problemas colectivos y por ende, malos resultados. El ex entrenador de Peñarol, quien fue designado el mejor de la temporada 21-22 tras el cuarto puesto del «milrayita», no dejó dudas y estuvo totalmente a la altura de lo pedido por «La Fusión».
Quimsa se encontraba en su peor momento. Lejos de Instituto, con un par de derrotas en fila de local, la última justamente ante Peñarol además de ni siquiera llegar al Súper 4 en Buenos Aires. Un elenco muy dependiente de Robinson, sin aprovechar su banca, y los rivales aprovechando esa situación mostrando debilidades en su andar y su defensa.
Ramella llegó, arriesgó pero fue acomodando a Quimsa en el torneo con un nuevo modelo de juego. Anderson comenzó a tener mayor presencia, los minutos fueron repartidos diferentes, Baralle siendo amo del juego, otro tipo de presencia de Brussino, considerando la diferencia de modelos de ambos sumado a una no dependencia de Robinson adelante. Poco a poco Quimsa impuso su andar, no volvió a perder de local en la etapa regular y subió en la tabla.
El crecimiento defensivo de Quimsa fue clave, más lo que empezó a generar con una furiosa ofensiva. Si bien no le alcanzó para ser primero, terminó en la segunda colocación con cinco victorias seguidas, ganando 8 de los últimos 10 con el mejor caudal ofensivo del torneo (87.7 ppp). Su intensidad defensiva fue clave, además de como supo salir a flote en diferentes malos pasajes, sobre todo en playoffs.
En las instancias eliminatorias mostró varias caras. Desde una victoria con 64 puntos ante Regatas hasta ganando y recibiendo 86 y 87 puntos, quizás en un tramo de dudas para la siguiente instancia. Así y todo, el carácter ante Gimnasia fue voraz. En ambas situaciones logró desactivar a los tiradores de Gimnasia, y lo mejor de Quimsa estuvo en cada cierre para finalmente llegar a la final.
Tácticamente Ramella volvió a hacer de las suyas. La defensa sobre Balbi, lograr detener a Schattmann inicialmente, y luego ajustar sobre los internos ante la capacidad de gol de Barber y Traylor. La presencia más activa de Ramírez Barrios fue clave y como dar mayor protagonismo a jugadores como Acevedo y Sánchez con sus roles bien claros en cancha. Siempre concentrado, pensando en el siguiente juego, con las metas claras y nada de humo. 10-1 en playoffs sin perder como visitante.
Se coronó campeón, saludó a todos los rivales, no tribuneó y lo celebró con su familia. Se acordó de sus seres queridos, de sus enseñantes dentro de una carrera extensa que ahora lo tiene en la cumbre tras llegar a un club urgido de triunfos en la Liga y finalmente concretar lo pretendido por la institución. Navegó en aguas turbulentas hasta que su enfoque y su claridad hicieron lo siguiente para encaminar a Quimsa.
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