Que la risa y los pensamientos positivos ayudan a muchas personas a superar situaciones difíciles, es algo que está fuera de discusión. En Corrientes, una ONG sostiene esta premisa como una filosofía de vida con la cual pretenden llegar a la mayor cantidad de gente posible y darles un mensaje de aliento. El método es simple, pero revolucionario.
«Hay muchas personas que están solas, deprimidas, pasando momentos tristes. En especial, después de lo que fue esta pandemia que se llevó a muchos seres queridos. Con Amor a la Vida es un espacio en el que, a través de la Terapia de la Risa lo que se buscar es enseñar a liberar la parte interior del ser. Una parte que, a través del tiempo, de los enojos, se desequilibra y se enferma. También, enseñar a perdonarnos, a querernos, a valorarnos y afrontar la vida con bienestar», dijo a EL LIBERTADOR, Mónica Martínez Arias, la fundadora de esta organización sin fines de lucro que funciona desde 1989.
Pero también aclaró que se trata de un proceso en el que la risa llega al final. «Es una risa pura de alegría del alma y del espíritu. Para llegar a ella recorro todo mi organismo, libero tensiones, me acepto, movilizo más de 400 músculos y me voy sanando con pensamientos positivos, fortaleciendo el autoestima, perdonándome y perdonando y aceptando a la vida como tal».
TRAYECTORIA
Desde que comenzó a funcionar, Mónica ayudó a muchas personas. «Ya perdí la cuenta, fueron muchísimas. Hoy en día recibo muchísmos llamados, sobre todo a la noche, cuando se sienten más angustiados», comentó.
Organizados en grupos, las reuniones con la gente se desarrollaron en distintos espacios. Pero con la llegada de la pandemia eso cambió y desde entonces, la ONG no ha tenido encuentros presenciales.
«Primero nos reuníamos en espacios cerrados, pero despues fui notando que a la gente le hacía bien estar al aire libre. Entonces comenzamos a juntarnos en punta Tacuara, también en la laguna Santa Teresita. Fueron experiencias muy buenas, que ahora quiero retomar para llegar a más personas», contó Mónica.
Su camino no fue fácil porque, dijo: «La risa también está atravesada por muchos prejuicios». Hay gente que piensa que esto no sirve para nada. Pero prueban, mejoran y comienzan a sentirse bien», agregó.
Pero sus resultados mantienen firme su objetivo de ayudar. Hoy, la ONG tiene una radio online y quienes se sientan interesados pueden contactarse al Facebook Con Amor a la Vida, donde Mónica está atenta para escucharlos.
Necesidad de un nuevo espacio
«Con Amor a la Vida es simplemente una escuela de capacitación psicofísica que acompaña a personas en crisis, depresión, miedos, fobias, adicciones y a todos aquellos que deseen mejorar su calidad de vida y aprender a vivir con amor, esperanza y alegría», explica el blog de la ONG.
Sin embargo, necesitan un nuevo espacio en el cual poder llevar adelante las reuniones suspendidas por las restricciones de la pandemia. «Quiero retomar estos encuentros, sobre todo teniendo en cuenta la llegada de las fiestas que es una época muy difícil, sobre todo para los que están solos o afrontan la pérdida de un ser querido», explicó Mónica.
Por eso, con el firme objetivo de lograr concretar nuevamente las reuniones, ella busca conseguir para la ONG un espacio en la zona de la Costanera, donde la gente pueda estar cómoda.
«Tengo pensado que sea en un sector del Museo Amado Bonpland, más que nada porque es un espacio que está conectado con la naturaleza. Sería sólo por unos meses, pero tengo que iniciar las gestiones», cerró.
Más de 30 años de ayuda social
«Enseñamos una filosofía de vida y técnicas para mejorar la calidad de vida, basada en los cinco sentidos, la respiración, el poder del pensamiento y la palabra», agregan en la presentación del blog. Se trata de un método del que las personas que se suman, van adoptando con el tiempo y los resultados se evidencian en los muchos reconocmientos que tuvo la ONG a lo largo de los años.
Mónica recibió, por ejemplo, el premio Corrientes, también el premio Taragüi y otros reconocimientos importantes que se otorgan en la provincia por su labor social.
«No fueron sólo los encuentros, en la ONG también hicimos labores comunitarias, como la campaña para ayudar a terminar la escuela Domingo y Laura, o los talleres de cultura del trabajo. También puedo decir que hay personas que se han formado en nuestra Escuela de la Risa y después fueron llevando esta técnica a otros lugares. Así, muchas labores que estamos listos para volver a llevar adelante cuanto antes», completó Mónica.
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