Terminan las clases y lo que parece un alivio para miles de familias que envían a sus hijos a la escuela, para los directivos se vuelve una problemática. Y es que en el último tiempo, los embates de delincuentes contra los establecimientos parece ser una constante.
En ese contexto, las autoridades de los distintos colegios, tanto de la Capital como del Interior, temen que el accionar de los ladrones se multiplique, sobre todo en el tiempo de receso, debido a la inactividad en los inmuebles.
La modalidad de los maleantes parece repetirse: atacan usualmente en el momento en el que los establecimientos se encuentran sin personal, se escabullen por aberturas, y en algunos casos hasta las destruyen, y una vez adentro, aprovechan para llevarse material valioso para el normal desarrollo de las clases.
Ante esa circunstancia, y pese al descanso que se toman los dirigentes, el hecho de que las instituciones queden solas les genera una intranquilidad constante.
Una constante: alrededor de
diez atracos en el año
Una escuela primaria sufrió el embate de delincuentes que pareciera que tomaron a la institución como sitio para robar. Y es que, en lo que va del año, el establecimiento padeció casi una decena de robos. Se trata de un establecimiento escolar ubicado en el barrio Ongay, en la Capital correntina. «No sabemos cuántas veces ya nos robaron en el año. En todos sufrimos violencia y vandalismo. En julio, en vacaciones, entraron, pero fácilmente habrán sido 10, sin contar el año pasado», lamentaron autoridades de la escuela, en comunicación con la prensa radial.
Vandalismo: destrucción de
materiales clave para el aprendizaje
«Me genera preocupación por el receso escolar que se viene, porque vamos a tener que invertir nuevamente si llegan a ingresar en el verano», advirtió la directora de la escuela Fe y Alegría, del barrio Ongay, Josefina Bernárdez, en comunicación con medios radiales. Este año, el inmueble fue el blanco de delincuentes, quienes ingresaron en al menos 10 ocasiones y, además de vandalizar las instalaciones, se hicieron con computadoras y otros elementos claves. «Cada vez que nos esforzamos por mejorar, terminamos reparando los daños causados por el vandalismo», resaltó la mujer.
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