Por María José Alcaráz Meza
Enviada especial de EL LIBERTADOR
Mucho tiempo antes de que los colonizadores llegaran a las sierras del Tapé, actual Estado Río Grande do Sul en territorio brasileño donde se remontan los orígenes de la ciudad de Santo Tomé, la leyenda que le da nombre dice que hubo un primer hombre blanco que predicó la fe en Cristo entre los guaraníes.
«No había ningún registro, ¿quién era este hombre blanco que andaba por estas tierras?», relató el guía de sitio Rubén Cavia en la recorrida organizada por el Ministerio de Turismo de la Provincia en el Corredor Jesuítico Guaraní de la que participa EL LIBERTADOR y periodistas de otros medios.
Los guaraníes le dieron a entender a los exploradores que este hombre fue tan real como ellos lo eran.
«La sorpresa que debieron haberse llevado esos expedicionistas que llegaban a esta región creyendo que eran los primeros blancos y se encontraron con una leyenda de esta magnitud», continúo Cavia. Los religiosos de la Compañía de Jesús nombraron al misterioso hombre como Apóstol Tomás. Entonces, ¿por qué Thomé y no Tomás? Según explicó Cavia, los sacerdotes jesuitas al traducir a los guaraníes algunas palabras, se les hacía más fácil pronunciarlas si terminaban en «e». Santo Tomé o su variante Santo Thome, fue el nombre que adoptaron.
Debido a los constantes asedios por parte de los denominados mamelucos paulistas que buscaban capturar a los guaraníes como esclavos, el asentamiento se trasladó en 1683 a la villa que hoy es la ciudad de Santo Tomé, trayendo su mística consigo.
Como custodios de las ruinas y la memoria de la influencia de la Compañía de Jesús en los pueblos establecidos sobre la costa del río Uruguay, el Corredor turístico mencionado está conformado también por Alvear, Garruchos, Colonia Liebig, San Carlos, Gobernador Virasoro, La Cruz y Yapeyú.
LA MIRADA SOBRE EL PUEBLO
El monumento a Santo Tomé Apóstol a pocos pasos del río Uruguay lleva a los visitantes a evocar al Cristo Redentor de Río de Janeiro. Es uno de los principales atractivos de la ciudad, con sus 7 metros de altura y con la base alcanza los 13 metros.
Majestuoso, desde su altura privilegiada, mantiene la mirada puesta sobre un pueblo que luego de la destrucción y saqueo que significó el ocaso de las reducciones jesuíticas, se refundó en 1863 fiel a su nombre y herencia religiosa.
Otros puntos turísticos de interés histórico y cultural que se pueden visitar son la Casa de la Historia y la Cultura del Bicentenario, la iglesia Catedral Inmaculada Concepción que conserva pertenencias de la antigua reducción jesuítica, la Cruz Misionera por la Ruta Nacional N° 14 y el monumento al nativo Andrés Guacurarí y Artigas, el comandante guaraní federal más conocido como Andresito (1778-1821), quien en 1817 luchó contra el general luso-brasileño Francisco das Chagas Santos durante la Invasión luso-brasileña, año en que además el poblado fue incendiado.
Ubicada la escultura en el acceso a la zona urbana, también se yergue cual reclamo constante de federalismo en el país.