Aunque suene increíble para muchas personas, Corrientes también tiene montañas. No llegan a los 200 metros de alto, pero su formación imponente en medio de la llanura, permite llamarlas así. Se trata de los Tres Cerros que se encuentran La Cruz y son las únicas elevaciones rocosas de la provincia. Albergan especies de flora y fauna que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo y también es un sitio arqueológico de relevancia por las reducciones jesuíticas que una vez se asentaron allí. Todas estas características y el hecho de estar rodeadas del misticismo popular lo convierten a este lugar en un tesoro geográfico natural.
«Ubicado en el Centro Oeste de la provincia de Corrientes, a 27 kilómetros de la ciudad de La Cruz, el paraje Tres Cerros presenta los únicos ecosistemas serranos de la región. Un paisaje geológico único en el Litoral argentino, con una riqueza singular de flora y fauna, y un patrimonio histórico, arquitectónico, arqueológico y paleontológico sobresalientes». De esa forma describen al lugar en el documental Paraje Tres Cerros. El resplandor de la naturaleza, presentado por la Universidad Nacional del Nordeste (Unne) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).
El doctor Rodrigo Cajade, uno de los investigadores que formó parte de la realización del documental, señaló, en una entrevista con un medio radial, que todo esto es el resultado de diez años de trabajo en el lugar.
VALORACIONES
El material condensa la valoración de los distintos actores sociales sobre espacio natural de características únicas: por un lado, los investigadores desde sus distintas especialidades y, por el otro, la gente que vive en la zona.
«En cuanto a biodiversidad, básicamente no se conocía nada de la biología del lugar. Y nos encontramos con especies endémicas. Algo que nos pareció increíble porque estos cerros no tienen una superficie superior a uno o dos campos de fútbol. Entonces, encontrar especies que solo habitan ahí y en ningún otro lugar del mundo es muy valioso», dijo el investigador.
En cuanto a la arqueología, el sitio también resulta de interés para los especialistas, porque allí también se encontraron rastros de los asentamientos guaraníes y jesuitas. De hecho, en otro documental denominado El misterio de los Tres Cerros, de Aníbal Parera, se cuenta que el famoso reloj de sol que se encuentra en La Cruz fue tallado de una columna extraída de esas montañas.
Desde el punto de vista geológico y paleontológico, el lugar también guarda una riqueza significativa ya que sus rocas poseen información que se remonta a miles de años y dan cuenta de cómo se fue transformado ese espacio con el paso del tiempo.
Los Tres Cerros tienen nombre: El Nazareno, con una altura de 179 metros sobre el nivel del mar, el Capará (158) y El Chico de (148) y para algunos, hay un cuarto, El Pelón (131) en parte más occidental de Nazareno. Montañas correntinas, únicas, de un valor incalculable que se deben preservar.
Una fuerza energética en el lugar
Que se trate de las elevaciones más altas de la provincia y que se alcen en medio de la llanura fue por mucho tiempo el origen de historias que los pobladores contaban y le dieron fuerza mística a los Tres Cerros. Por ejemplo, el testimonio de un anciano de 84 años que registró en 1952, la investigadora y folclorista Berta Vidal de Battini, en Cuentos y Leyendas Populares de la Argentina. Tomo VII.
«Se veían como una especie de nubes, no muy claras. Se veían las alturas, las serranías. Oí decir que un lodazal muy grande los rodeaba y que estaba lleno de víboras. Que eran maciegosos los manantiales que había y que no se podía descubrir. Todos decían que los tres cerros estaban encantados. Nadie ha llegado, pero los ven de lejos», decía este hombre que se identifica como Junio Niveiro.
Sin ir más lejos, en el documental de la Unne, «Pancho» Pacheco, uno de los pobladores entrevistados menciona una particularidad del lugar. «Un cura que era mi padrino, decía que algo había ahí abajo que levantaba la piedra», dijo sobre el misterio del crecimiento del cerro.
También hay quienes dicen que una energía particular invade a los cerros. La comprobación ya queda en manos de cada uno.