Esta patología se presenta en equinos, aunque también se puede dar en personas. El principal vector es el mosquito y la cepa que aquí está presente es la del Oeste, la más amable en comparación con sus otras dos variables. Especialistas consideran que la proliferación de este virus es por factores multicausales y sostienen que lo mejor es tomar medidas preventivas y denunciar ante el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) cualquier irregularidad que se observe en el comportamiento de los caballos.
REBROTE
María Florencia González, veterinaria especialista en animales grandes (matrícula 1839), sostuvo que «en lo que respecta a la Argentina el último rebrote fue en 1988. Desde ahí la vacunación fue obligatoria hasta 2005 y se derogó en 2015. Así que desde ese momento ya no estaba dentro del calendario obligatorio. Muchas veces pasa que, si no se exige, no se hace y ahora se presentan estos casos. Si hubiéramos estado con los caballos vacunados hubiera sido mucho menor la problemática».
«Este rebrote se debe, primero y principal, a un quiebre en el equilibrio del ciclo silvestre porque el virus siempre se mantiene entre las aves y los roedores salvajes. Todos los desequilibrios que sufrimos en esta zona, como las secas durante mucho tiempo, las lluvias que cayeron de manera significativa en septiembre, entre la primera y segunda semana cayeron 200 milímetros. Ese cambio abrupto sumado a los procesos de deforestación, el uso de los suelos, más los cambios genómicos que pudo haber tenido el virus se generó el ambiente propicio para que haya más vectores. Todo esto sumado a encontrar animales susceptibles como son los equinos, más en este caso porque estaban sin vacunar lo que creó el ambiente perfecto para que la enfermedad surja. Es multifactorial», detalló.
CÓMO SE CONTRAE
EL VIRUS
«El contagio se produce por mosquitos, roedores y aves salvajes. Eso es algo que tiene que quedar bastante claro. El mosquito es el vector responsable porque el ciclo empieza así: si el ave está enferma mantiene la viremia, es decir, el virus circulando en sangre durante mayor tiempo. Por eso es que hay un mosquito que al alimentarse de ello traslada la enfermedad a un caballo o una persona. No así entre equinos y personas, ya que allí el período es cortito y se replica como sí pasa con otras enfermedades. Por ejemplo, si yo enfermara, alguien viviera conmigo y un mosquito me picara, es casi imposible que también te contagie a vos. La probabilidad es prácticamente nula porque el período de epidemia es muy corto», remarcó.
SÍNTOMAS
La sintomatología que se presenta en la mayoría de los casos es observable, en relación a ello describió: «Letargo, es decir, están somnolientos, presentan anorexia, algunos se levantan, pero al intentar echarse caen por completo porque hay dolor muscular y falta de coordinación muscular. En algunos hay ataxia, que es no poder coordinar y ni siquiera mover las manos, por eso se mantienen mucho tiempo parados o mucho tiempo echados porque no coordinan».
A lo que agregó: «En otros hay anuria, que es la falta de micción, o sea, no orinaban. Otros estaban con mucha constipación y conforme va avanzando el cuadro muchos no pueden levantarse. Apoyan la cabeza en árboles, paredes o postes para mantener la frente. También caminan en círculos por la ataxia, por no decidir adonde a van sus pasos. Muy pocos de los que yo vi estaban exaltados o con un cuadro de hiperexcitación. En la última etapa se presentan convulsiones fuertes por no poder incorporarse. Allí no toman agua, no comen, no orinan, esa es la última instancia de la enfermedad.
«En lo que respecta a la bibliografía y en los casos que vi, la gran mayoría se recupera. Hay entre un 20 y 30 por ciento de mortalidad. De catorce caballos que ayudé con seguimiento se murieron cuatro, los demás se recuperaron. Algunos quedan con secuelas, con sintomatología respiratoria como tos y mocos. Mejoraban, pero quedaban aletargados, cansados. Por lo menos les llevaba dos semanas la recuperación. Es muy individual la respuesta», analizó.
CUIDADOS
PREVENTIVOS
Al ser consultada sobre cuáles son las maneras más acertadas de evitar este virus explicó: Dentro de las recomendaciones es súper importante que nosotros realicemos de manera continua la aplicación de repelente, tener eso cuando estamos en nuestras casas y a la tarde cerremos las ventanas. Tenemos que lograr que no ingresen mosquitos, porque no había casos, hasta que se presentó uno. Hay un motivo más por el cual cuidarse.
«Se deben aplicar la primera y la segunda dosis de la vacuna. Es necesario para que se desarrolle una inmunidad poblacional que la primera dosis sea acompañada de una segunda para que tenga el valor inmunológico que se necesita».
A lo que remarcó es fundamental: «Denunciar en el Senasa, en su oficina local, en caso de la presencia de equinos con sintomatología nerviosa».
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