Al asumir como diputados nacionales, al Presidente y a su Vice se les señaló que eran 2 entre 257. El tiempo mostró que las realidades se construyen, desde los medios, con prepotencia de trabajo. El tiempo dirá si lo que sirvió para llegar sirve para mantenerse y proyectarse. Un final abierto que tiene en vilo al país, más, porque está claro que el primer mandatario no es un Duhalde ni un De la Rúa, sino que, con poco para perder, está dispuesto a redoblar la apuesta. En Corrientes, 25 años antes, ocurrió algo parecido. Fue en diciembre que comenzó a escribirse otra historia, también con 2 diputados que, entre 26, abrieron paso a cambios significativos para la vida institucional de la Provincia. Un 17 de diciembre, un año exacto antes de que sea votada la Intervención Federal a la Provincia por ambas cámaras del Congreso de la Nación, el Pacto Liberal Autonomista debió resignar la Presidencia de Diputados al lograr el peronista, Rodolfo Martínez Llano el fatídico voto 14 que permitió tener quorum y llegar al umbral mayor del cuerpo.
03-POLITICA-2Había pasado la fecha de las sesiones preparatorias del año 1998 y, en Diputados, no existía acuerdo. Ismael Cortinas, del Partido Autonomista, seguía en la Presidencia. Largos meses habían pasado de conciliábulos entre los opositores al gobernante Partido Nuevo, sin que los trece diputados que, para entonces pugnaban por ofrecer una alternativa, lograran el voto 14 que les permitiría el quorum necesario.
En algo estaban de acuerdo. Era en que el pacto, como condición, debía resignar la Presidencia. Una moción que a Cortinas poco le gustaba, pero que era condición «sine qua non» del incipiente esquema de poder que se gestaba desde meses atrás.
CÓMO SE LLEGÓ A LOS 13
En las primeras sesiones del año 98, la Cámara votó -dividida- los proyectos más polémicos. Varias veces 24 a 2, con las excepciones de Mirta Salazán y Rodolfo Martínez Llano. Los siete del Pacto acompañaban al nuevismo, negociando su voto aun, a disgusto, y sin animarse a ponerse en la vereda de enfrente.
Así, fue madurando un primer acuerdo entre un sector del PJ y la cúpula del Pacto, constituida por José Antonio Romero Feris -por el autonomismo-, con Lázaro Chiappe, Ricardo Leconte y «Toti» Garay que, en el empeño por acotar al nuevismo, estaban dispuestos a acceder a las exigencias de ceder la poltrona mayor del recinto.
Así fue que, de la noche a la mañana, los 2 iniciales se transformaron en 9, con la sumatoria de autonomistas y liberales. Todo un logro que se cimentó en poco tiempo, por cuanto 9 diputados no era un número más. Significaba romper los dos tercios y habilitaba a jugadas de alto impacto que no dudaron en ejecutar en medio de una pertinaz ofensiva mediática descalificatoria. Se bloquearon empréstitos que fueron llevando a un ahogo creciente a la ministra Zunilda Miguens.
El embate nuevista fue impiadoso. Lo encabezaba Natalio Aides, aún en LT7, que -por entonces- concentraba el poder de fuego mediático. La oposición contaba, desde el 2 de abril de ese año, con el diario EL LIBERTADOR, que nació en el auge del nuevismo, con una línea claramente opositora.
El cerrojo financiero alcanzó a créditos para caminos como el acceso a Monte Caseros. En cada uno de los pozos se pusieron carteles con el nombre de alguno de los diputados del grupo de los 9.
Afiches con el rostro de los nueve diputados se pegaron en toda la provincia.
Poco tiempo después, a los 9, se sumaron los cuatro radicales y se llegó a 13. Si bien faltaba un voto para consagrar al Presidente, se acordó que sería para un radical o un peronista. Los diputados radicales se avinieron que fueran los 13 diputados quienes eligieran entre los dos candidatos del partido de Alem: Zárate Montaña y Javier Aratto, quienes se anotaron para una votación que se hizo a puertas cerradas en el domicilio del diputado Cortinas. Resultó favorecido, en voto secreto, el esquínense.
De lado del PJ estaba claro que el candidato era Rodolfo Martínez Llano. Aun así, faltaba un voto. Enterado el peronismo del escenario, llamó a reunión del Consejo Provincial que nominó al diputado, Alejandro Repetto para el cargo. Dentro del partido se impuso a Martínez Llano, lo cual no fue suficiente porque no logró conmover el acuerdo sellado en el núcleo duro de los 13 diputados opositores, no dispuestos a correr riesgos en el desarrollo de la estrategia en ciernes de la cual Martínez Llano estaba llamado a ser el ejecutor.
Así fue que se llegó al 17 de diciembre. Nadie esperaba que, ese día, hubiera «fumata blanca». Los números no cerraban ni para el nuevismo, ni para los opositores. Todo indicaba que Cortinas seguiría al frente. La sola posibilidad de dejar la Presidencia, desde días atrás, lo atormentaba. Aunque se bancaba lo que era decisión de su partido, del Pacto y de la conjunción opositora.
Reunidos en la Presidencia, llegó Martínez Llano y anticipó a sus pares que estaba el voto 14 y que podía iniciarse la sesión. Sorprendidos, los demás diputados pidieron confirmación plena de esta circunstancia. Una delegación fue a un despacho contiguo, donde el diputado bellavistense, Horacio De Negri confirmó la decisión de acompañar.
Se acordó, entonces, que la primera parte del mandato sería para Martínez Llano y la segunda, para el radical Javier Aratto, lo cual no constó en ningún lado, pero se cumplió acabadamente con la renuncia en junio del primero, aun cuando el inminente recambio gubernamental lo tenía en la línea sucesoria.
Primó, entonces, la palabra empeñada por sobre aspiraciones lógicas que, en verdad, no existieron.
Quizás, como anécdota, cabe señalar (y de esto como de otros aspectos, vale el testimonio de los diputados que viven) que, cuando se abordó el tema del juicio político, el propio Martínez Llano instó a todos y cada uno de los diputados a que hicieran el trámite jubilatorio porque dicho proceso no iría más allá de los seis meses, lo cual fue -exactamente- de esa forma, como que el 17 de diciembre se apretó el «botón rojo» que determinó la Intervención Federal.
SE SUMAN LOS OTROS PERONISTAS Y EL DIPUTADO MARIO LÓPEZ
Logrado el voto 14 con Horacio De Negri, el resto de los diputados peronistas terminó integrándose, a lo cual se plegó el alvearense, Mario López, afianzando el llamado «G18» que el nuevismo no logró romper ni aun con gestiones desde la Presidencia de la Nación.
EL VOTO 18 SE GESTÓ TRES AÑOS ANTES
Un aspecto determinante fue la incorporación, en 1995, de la diputada Salazán. Supo militar en Vamos Compañeros hasta que los sucesos del 94 la alejaron, sumándose al sector de Ángel Pardo, en la línea de Vicente Joga, por entonces todo poderoso interventor partidario.
Realizada la elección de 1995, Salazán quedó como primera suplente. Martínez Llano la rescató y, de su mano, con el apoyo del Pacto, particularmente de «Moto» Chiappe, logró la incorporación sustituyendo a Jorge Abib a quien, Diputados -por mayoría- no le aprobó el diploma en función a la existencia de un procesamiento firme.
El tema se judicializó. Por entonces, existía en la Corte Suprema la llamada mayoría automática del menemismo. Vicente Joga, que jugó fuerte, tenía al senador Ricardo Branda en la Comisión de Acuerdos del Senado y era el padrino del goyano Abib, su principal operador político en el territorio. Dimes y diretes se dieron en el proceso de votación, donde se descontaba un fallo en contra de Salazán, que había sido respaldada por la Cámara baja y el Superior Tribunal de Justicia. Finalmente, la Corte hizo suyo el primer voto de Carlos Fayt y -por la unanimidad de los nueve ministros- respaldó a quien, en definitiva, cuatro años después terminó siendo el voto 18.
6 MESES DE VÉRTIGO
Elegido el 17 de diciembre de 1998 el Presidente tomó una pausa. No interrumpió sus vacaciones, previstas en Fortaleza, Brasil, hasta mediados de enero. Tiempo que le permitió definir la estrategia de los meses venideros. Intertanto, la Ministra de Hacienda cometió un error que resultó capital para abroquelar a los diputados. Les retuvo el pago del aguinaldo. El enojo fue «in crescendo».
En esos seis meses, Martínez Llano produjo una limpieza inédita en las estructuras de la Cámara, dominadas históricamente por el Pacto, a pesar de que mantuvo a toda la plana mayor, a la cual luego respaldó en las sucesivas intervenciones federales. Promovió el juicio político no sólo a la fórmula gubernativa, sino a dos ministros del Ejecutivo provincial, a tres de los cinco miembros del Superior Tribunal, incluida la Presidente, a 14 jueces, ordenó el arresto por 30 días y su traslado a la comisaría quinta, conforme a las facultades otorgadas por el reglamento de Diputados, al Jefe y Subjefe de la Policía. Impulsó la Intervención del Municipio de la Capital, entre otras decisiones de alto impacto que llevó a cabo a pesar del disgusto del entonces presidente Carlos Menem que, hasta el final, trató de proteger al nuevismo. La situación de profunda conmoción social le posibilitó transitar las dificultades propias del momento en medio del ahogo financiero. Fue siempre notorio el acompañamiento del entonces ministro del Interior, Carlos Corach, correspondiendo hacer notar que, pese a que las decisiones del primer mandatario no fueron acatadas, ello no fue óbice para que Martínez Llano representara al Partido Justicialista como candidato a diputado nacional, luego de ganar la elección interna a Eduardo Galantini por el 84 por ciento de los votos.
Junio de 1999
Al cumplirse los seis meses, Martínez Llano renunció a la Presidencia. Dejó la posta en manos del diputado, Javier Aratto. Y ya electo para la Cámara baja nacional, en octubre de ese año, pasó a ser el único peronista de la nueva bancada del PJ entre 7 diputados por Corrientes. En el turno anterior, Fernando Lahoz -del justicialismo- no alcanzó a consagrarse, con lo cual el peronismo quedó sin representación en ese turno electoral, en el que el nuevismo retuvo la Gobernación con el 72 por ciento de los votos y Martínez Llano lograba una banca provincial que le permitiría al año siguiente llegar a la Presidencia del cuerpo. Un honor que varias décadas antes, la del 30, había tenido su padre que, como Diputado del Partido Socialista, había llegado a presidir la Cámara para luego, como elector de gobernador, volcara el Colegio Electoral después de tres votaciones fallidas. Con su voto y con la participación de Juan Ramón Vidal como interlocutor, salió elegido Pedro Numa Soto.
.