Con el inicio de la edición 2025 del carnaval, las comparseras del Centro de Jubilados y Pensionados de Corrientes dieron un paso más en su participación en los corsos barriales de la Capital provincial y por segundo año consecutivo se sumaron al desfile y, además, el sábado 1 de enero estuvieron en el carnaval de Ituzaingó, disfrutando en la última noche de ese calendario en la Capital de la Energía de una experiencia única que representa mucho más que un simple evento festivo, ciudad del Interior a la que, cabe destacar, se trasladaron en el colectivo que pertenece a la institución.
TESTIMONIOS
«Para nosotras es un disfrute porque, así como yo tuve terminado mi traje en tres semanas porque me decidí tarde, el resto del grupo viene trabajando desde septiembre. La verdad es que cada una de las vivencias son maravillosas», dijo Gerónima Núñez, quien se suma al grupo por primera vez, aunque ya se había presentado en Ará Berá, también como Bahiana. Tras dos noches de desfile, la emoción de la experiencia era palpable en sus palabras.
«Yo descubrí el carnaval y el baile una vez que enviudé. Mi marido siempre amaba los carnavales, y yo le decía que fuera solo porque en ese momento no me atraía; estaba dedicada a mi familia y al trabajo con él. Cuando él se fue, me dije a mí misma que tenía que buscar qué hacer y así conocí el Centro de Jubilados», dijo por su parte María Teresa Maidana. Esta experiencia le dio un nuevo propósito e impartió alegría a su vida.
Ambas participantes, con 66 y 77 años respectivamente, destacaron la importancia de la actividad física para poder disfrutar de todas las noches del carnaval. «Prácticamente todos los días hacemos algo distinto en las instalaciones del Centro de Jubilados. Desde baile, danzas clásicas, gimnasia de todo tipo, porque más allá de lo bien que le hace al cuerpo, también nos mantiene activas y saludables», explicaron. Su compromiso con el bienestar físico es fundamental para seguir adelante con esta propuesta de disfrute.
APOYOS IMPORTANTES
Es importante resaltar el apoyo de los hijos de estas comparseras, quienes son un pilar fundamental en este proceso, alentando y acompañando a sus madres en la participación de actividades tan significativas. En ese sentido, la interventora de la institución, Julia Fernández, juega un papel esencial, ya que no solo apoya la conformación de la comparsa, sino que también se encarga de maquillarlas para que todas salgan con el mismo espíritu carnavalesco y con un look perfectamente coordinado.
El compromiso del personal del Centro de Jubilados también fue crucial, ya que durante todo el proceso de confección de los trajes, los trabajadores acompañan a las comparseras, enseñándoles los detalles de su creación y brindándoles el apoyo necesario. Incluso, hay un grupo de trabajadores del Centro de Jubilados que, en cada noche de desfile, acompaña a los comparseros en el desfile y les dan la contención que necesitan.
Este tipo de iniciativas son fundamentales para que las personas mayores encuentren actividades que les hagan bien en todos los sentidos. «A veces, la actividad física y la socialización nos sanan el alma e impiden que tengamos que tomar tantos remedios», concluyeron las comparseras, dejando claro que el carnaval no solo les da alegría, sino también salud y vitalidad.
La participación en el carnaval se ha convertido en una oportunidad para que, a través del baile y la creación, las personas mayores disfruten de una etapa del jubileo llena de emociones y crecimiento personal.
.