Hace seis años, se conformó un Foro Vecinal por la necesidad de pedir mayor seguridad para los barrios que los conforman, y hoy, luego de tanto trabajo articulado, destacan que ya no hay motochorros en las cuadras de sus barrios. El desafío ahora se enfoca en que la familias recuperen los espacios y puedan transitar tranquilos.
En agosto de 2015, a partir de la tragedia Maximiliano Aquino, un estudiante de agronomía oriundo de San Roque, asesinado a puñaladas cuando salía de una peña universitaria, las familias de los barrios Aldana, La Rosada, Bañado Norte, Pompeya y Cichero, se unieron para combatir a la inseguridad en esa zona caliente, tal como lo denominaban ellos.
«Empezamos a tener reuniones y a articular con las familias, con la Comisaría 4ª y 6ª y el Ministerio de Seguridadª, relató en diálogo con EL LIBERTADOR, Mónica Mallorca Referente del barrio Aldana y miembro del Foro Vecinal.
A partir de allí, comenzó un incansable camino que tenía como objetivo generar espacios seguros para niños, adultos, estudiantes.
Al principio, se juntaban en la iglesia San Juan Bautista y luego con la pandemia continuaban en contacto por Whatssap, aunque desde hace un mes reactivaron las actividades.
«Con la habilitación de muchos ámbitos y el regreso de la presencialidad, solicitamos mayor presencia policial en las zonas de colegios, Campus Sargento Cabral y es así que de acuerdo a los horarios, siempre hay caminantes, patrulleros y motorizada por la zona», señaló.
INTERVENCIÓN
«Empezamos hace 6 años y no vamos a parar para lograr una mejor ciudad, para que recuperen los espacios y los vecinos puedan ir tranquilos a las paradas de colectivos, a los clubes, a los parques y paseos», indicó.
A esto, agregó «ya casi no hay motochorros y hay fuerte presencia policial. Pero todo eso fue posible por el compromiso ciudadano. Gracias a la gente que se involucra y la buena respuesta del Ministerio de Seguridad».
La vecina finalizó asegurando que «vamos a seguir concretando los objetivos, por más y mejores espacios públicos. Por seguridad en las calles».
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