Vecinos del barrio Laguna Seca, de la Capital correntina, sufrieron en las últimas semanas una seguidilla de robos. Atemorizados, denunciaron que los hechos se replicaron desde las últimas semanas de diciembre, del año pasado, y en los primeros días de enero.
Y es que delincuentes aprovechan las madrugadas para hacer de las suyas: en la última quincena de 2023, se alzaron con varios objetos, como cajas de herramientas, bicicletas de alta gama y hasta prendas de vestir, que se encontraban en un tendal.
En ese sentido, varios habitantes de la zona, quienes prefirieron resguardar su identidad por temor a represalias, sostuvieron que «desde hace tiempo no había tantos robos en el barrio» y aseguraron que, en el último mes, se acrecentaron los hechos de inseguridad.
MAYOR PRESENCIA
Por otra parte, los residentes del barrio hicieron la denuncia correspondiente y piden mayor seguridad en la zona, ya que en horas de la madrugada se observan «movimientos extraños de personas desconocidas» y aseguraron que «es un peligro, ya que mucha gente de acá sale temprano de sus casas porque tiene que ir a trabajar».
La seguidilla de asaltos que, como manifestaron los vecinos, no se daba «hace tiempo», puso en alerta a la barriada que temen que estos hechos continúen en el tiempo y se hagan más constantes, sobre todo en la época de otoño e invierno.
AVISO AL 911
La Policía indicó que ante cualquier hecho de inseguridad se comuniquen a la línea de emergencias 911 o den aviso a la comisaría más cercana, sin embargo, los damnificados advierten la tardía respuesta de la fuerza provincial y acusan que los ladrones podrían ser de la zona, o de barrios lindantes.
«La situación está cada vez peor, porque hace pocos meses aumentaron los robos en motos. Varias chicas fueron víctimas en las paradas de colectivos», dijeron y luego agregaron que «encima, ahora andan por los techos y bajan a los patios. Como la mayoría de las casas son viviendas, cuando entran a una, es fácil que ingresen a la otra por la parte de atrás».
Finalmente, resaltaron que «viven con miedo», porque «hay vecinos nuevos que no conocemos, va y viene gente del lugar, son un montón y no sabemos al final quiénes son los que viven en esa casa. Es gente que no respeta nada, cruzan los autos en medio de la peatonal y ponen música a todo volumen, en medio de la madrugada. La semana pasada tuvimos un conflicto porque agarran la vereda como calle, y hay vecinos que tienen niños en sus casas. Fuimos hasta la comisaría y no nos animamos a hacer la denuncia porque no sabemos cómo pueden reaccionar, la verdad que cansa bastante vivir de esta manera», concluyeron.
El San Gerónimo, otro lugar constante
Otro punto de la ciudad en donde constantemente suceden hechos de inseguridad es el barrio San Gerónimo. En el último tiempo, casi a diario se viralizan videos de ladrones que, sin pudor, actúan a toda hora y a cara descubierta.
Tal es así que incluso gente que habita en complejos de departamentos se queja de que los maleantes ingresan a los lugares, en circunstancias extrañas ya que en la mayoría de los casos los lugares son cerrados y muchas veces cuentan con porteros, y roban desde vehículos, como bicicletas y motos, hasta otros elementos que encuentren a su paso.
Las familias que viven ese sector de la Capital en muchísimas ocasiones ven desde sus casas los múltiples procedimientos desplegados por efectivos policiales, a fin de capturar a los maleantes que se desplazan a gusto por el barrio.
Motochorros, al acecho en paradas
Las paradas de colectivos se convirtieron en sitios en los que la gente debe permanecer en alerta. Y es que, a hora y deshora, los maleantes esperan que sus víctimas se distraigan y atacan a bordo de motocicletas, para luego huir a máxima velocidad. Este es un patrón que se repite a menudo y que muchas veces termina con los damnificados heridos luego de forcejeos, con el afán de proteger sus pertenencias.
Esta metodología se expande a lo largo de la ciudad, sobre todo en barrios cercanos a establecimientos escolares, universidades e institutos terciarios, donde los alumnos esperan el colectivo; en tanto que motochorros aguardan el momento justo para intimidar a sus víctimas y quedarse con sus cosas.
Así, preocupados, los alumnos solicitan que se aumente los patrullajes policiales en zonas clave de la Capital.
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