La vicepresidente recordó el fatídico suceso en el acto por el cincuenta aniversario del ataque perpetrado por el Ejército Revolucionario del Pueblo el 19 de enero de 1974, contra la unidad de Ejército en la guarnición militar en Azul.
La vicepresidente elogió el heroísmo de los integrantes de la guarnición, quienes impidieron que la unidad fuera tomada y lamentó la pérdida del Coronel Gay, su esposa, el asesinato del soldado González y el secuestro del Teniente Coronel Juárez Sábal, hechos que, subrayó, dejaron una marca imborrable en la memoria nacional.
En paralelo, la Vicepresidenta señaló la falta de justicia, verdad y reparación a lo largo de estos 50 años para los argentinos que vivieron este acto de violencia.
Consideró este día como el primer paso hacia la reconstrucción de la verdad histórica y la asignación de un lugar adecuado para cada elemento relacionado con aquel trágico episodio.
«Hace 50 años, un sábado por la noche, terroristas del Ejército Revolucionario del Pueblo decidieron atacar esta unidad militar, hacerlo a traición, atentar contra familias y hombres de armas que estaban en situación de descanso», indicó, y remarcó: «En pleno gobierno democrático, intentaron cambiar nuestras costumbres, tradiciones e incluso nuestra bandera, sustituyéndola por un trapo rojo.
«El heroísmo de los hombres que integraron esta guarnición evitó que la unidad fuera copada», subrayó, y lamentó: «sufrimos la pérdida del Coronel Gay, de su esposa, el asesinato del soldado González y el secuestro por diez meses del Teniente Coronel Juárez Sábal».
«A lo largo de estos 50 años, especialmente en las últimas décadas, no ha habido justicia, verdad, reparación ni memoria para estos argentinos heroicos», sostuvo, y reseñó: «Hoy marca el primer paso de muchos, el inicio de la reconstrucción de la verdad histórica y de asignar a cada cosa su lugar».
«Hoy, la justicia, la memoria, la verdad y los derechos humanos son para todos», indicó la vicepresidente, y expresó: «quiero expresar mis condolencias, apoyo y esfuerzo a los familiares de quienes fueron asesinados hoy y en otros hechos luctuosos que ocurrieron en la década del 70, en nombre de una revolución que nadie les pidió».
«Que este pasado sirva para que los argentinos defendamos la verdad a ultranza, no nos silenciemos y seamos como el agua que fluye entre las piedras y finalmente se impone», concluyó.