La violencia escala en los robos que se producen en distintos barrios de la Capital. A los ya conocidos arrebatos en la vía pública, ahora los delincuentes actúan con violencia y, en muchas ocasiones, provocan lesiones en sus víctimas.
Se trata de una modalidad que en el último tiempo presentó un notable aumento. En ese sentido, temerosos, vecinos de varios puntos de la ciudad ponen de manifiesto la vehemencia con la que se manejan los ladrones.
A la ola de robos por la que atravesaban diversos sectores de la Capital, y que se mencionó en este medio, ahora se suma la violencia empleada por los maleantes, que a la hora de hacerse con el botín, no escatiman en la fuerza del ataque.
Fue así que hace poco menos de un mes, una joven fue víctima de un intento de robo, cuando viajaba a bordo de su bicicleta y un ladrón forcejeó con ella en plena vía pública, en el barrio 300 Viviendas, a plena luz del día y a cara totalmente descubierta.
Fueron los gritos de la joven los que alertaron a vecinos de la zona, que salieron y socorrieron a la damnificada que, en estado de shock, quedó tendida en el piso, mientras el malhechor escapaba a pie del lugar. Más tarde, se supo que el implicado era un conocido ladrón de bicicletas, que a menudo implementaba esa modalidad de interceptar a sus víctimas en la calle.
Ciclistas en alerta: son cada vez
más los ataques a conductores
Ciclistas se convirtieron en un blanco para los ladrones. Hace pocas semanas se viralizó en redes sociales el ataque a una mujer que manejaba su bici y, en un momento, un hombre que simulaba ser un peatón, la atacó con fiereza para intentar quedarse con el rodado. Desde el piso y a los gritos, la víctima luchó por su bicicleta y consiguió ahuyentar al individuo, quien, al ver la reacción de los vecinos que fueron a auxiliar a la muchacha, se dio inmediatamente a la fuga. La modalidad de robo se replicó días después en otro barrio y genera miedo entre quienes habitualmente se movilizan en bicicletas.
Paradas de colectivo: entre la espera del transporte y el terror a los motochorros
La espera del transporte público se tornó en el último tiempo en un momento fatídico para los pasajeros. Y es que las paradas de colectivos son, usualmente, puntos donde circulan delincuentes que, a bordo de sus motos, esperan el momento exacto del descuido de los damnificados para arrebatarle sus cosas y darse a la fuga. En ese sentido, y pese a las aplicaciones móviles que permiten conocer los horarios aproximados en los que van a pasar las unidades, muchos no utilizan esas herramientas y se ven obligados a aguardar en las paradas, por donde merodean los motochorros.
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