La semana pasada, miles de alumnos correntinos retornaron a las aulas para el comienzo del ciclo lectivo 2025.
Sin embargo, el regreso a la rutina escolar, incluso a un proceso de adaptación, puede generar en muchos niños y adolescentes cambios emocionales. Lo que pretende ser para algunos como los primeros días satisfactorios, pueden convertirse en traumáticos para otros.
Respecto al tema, en diálogo con EL LIBERTADOR, el médico psiquiatra Emilio Hidalgo contó las formas y casos de cómo podría impactar la vuelta, los factores que también se pueden desencadenar, y de cómo limitar las sobrecargas.
Así se desarrolló parte del diálogo:
¿Cómo puede impactar el regreso a clases en niños y adolescentes?
-El regreso a clases impacta de una manera diferente si hablamos de niños o adolescentes. En general, en los niños debido al estrés de tener que enfrentar de nuevo esa rutina, en la que puede haber cambios en los patrones del sueño, quejarse de síntomas físicos como dolor de cabeza o panza, estar irritables, o incluso, tener miedo, pesadillas o terrores nocturnos. Mientras que, a los adolescentes encontramos otros tipos de miedos, preocuparse más por su imagen física, interesarse más por las relaciones sociales con los chicos de su edad o sentirse presionado a tomar decisiones con las que no están de acuerdo.
¿Cuáles son los factores de estrés y ansiedad entre los cambios emocionales?
-Cada chico es diferente y va a generar mayor o menor estrés con el regreso a clases. Hay chicos que extrañan la rutina, los amigos, tienen un lindo grupo e incluso les gusta la escuela, y hay otros que es todo lo contrario, no le gusta su grupo o sienten que le hacen bullying o no le gusta levantarse temprano. Entonces, de acuerdo a las expectativas que tenga cada chico va a ser el nivel de estrés o de ansiedad que genere el regreso a clases.
¿Cómo reducir el impacto emocional?
-Las cosas que podemos hacer para limitar la sobrecarga emocional, por ejemplo, facilitar la adaptación, con esto podemos establecer una rutina progresiva, ajustando los horarios del sueño y las actividades con anticipación, sobre todo en los chicos que van a empezar por ejemplo primer grado, o que empiece la Secundaria o el Jardín. Habrá sí o sí un proceso de adaptación que cada vez va a demandar más del chico. Hay que tratar de equilibrar las obligaciones con el momento de descanso y ocio, y evitar las sobreexigencias sobre todos estos padres que priorizan los resultados sobre el proceso de aprendizaje. Siempre acompañar a nuestros chicos sin invadir, fomentando la comunicación, pero también la autonomía y la resolución de los desafíos que se le vaya enfrentando.
¿Acompañar, en el regreso a la rutina?
-Para acompañar adecuadamente a nuestros hijos debemos estimular esas emociones que mejoran el aprendizaje, como por ejemplo la alegría. Esto del tener miedo a los docentes y los exámenes, está demostrado que no es tan efectivo los procesos de aprendizaje como un ambiente alegre, contento, y donde el chico se sienta feliz. Por eso tenemos que tratar de generar estas emociones en el chico y estar nosotros mismos contentos con ese regreso a las escuelas.
¿Cuáles son las señales a las que se deben prestar atención?
-Hay señales que nos dicen que todo está yendo bien, que el chico vaya contento a la escuela, que prepara sus útiles, que se vista contento y que vuelva lleno de historias, de ir a contar las cosas que le pasó. Eso sería una señal positiva, mientras que el lado negativo, tendremos ese chico callado, que no cuenta nada, triste, enojado o vuelve muy distante. Ahí tenemos que prestar atención que es lo que está pasando que provoca ese tipo de comportamiento.
La escuela, como un espacio fundamental en la contención.
-La escuela es un ambiente, un lugar fundamental no solo para el aprendizaje, sino también para el crecimiento adecuado, el crecimiento sano, la sociabilización de ese chico. Por eso es importante tener en cuenta esto, y en muchas escuelas funcionan gabinetes psicopedagógicos que son claves para identificar que todo vaya bien y que, si hay un problema, intervenir a tiempo.
¿Cuándo es necesario recurrir a una ayuda profesional?
-Entre los chicos, los problemas más frecuentes tienen que ver con el estrés y la ansiedad. Y se pueden provocar alteraciones en sus comportamientos, perdidas de relaciones, limitaciones en su autoestima, bajo rendimiento en sus calificaciones. Seguramente que el estrés está en el número uno, y siguiente la depresión que muchas veces en los chicos está un poco enmascarada, se ve más como enojo, problema de conducta, que como tristeza. Por eso es muy importante el funcionamiento de la detección a tiempo de este gabinete, y si es necesario, si los problemas continúan, la derivación al profesional adecuado.
